El papa Francisco llamó a "no subestimar los efectos del persistente clima de miedo y sospecha" entre potencias nucleares que dificulta el diálogo, en un mensaje por la cumbre del G7 de Hiroshima.
"Hiroshima como 'simbolo de memoria' proclama con fuerza que las armas nucleares no son adecuadas para responder eficazmente a las grandes amenazas actuales a la paz y para garantizar la seguridad nacional e internacional", escribió el pontífice en una carta al obispo de esa ciudad nipona, Alexis-Mitsuru Shirahama.
Francisco avisó del "impacto humanitario y medioambientalmente catastrófico que resultaría del uso" del armamento nuclear, pero también del "derroche por el mal uso de recursos humanos y económicos que implica su producción".