recordó el juramento que hizo su madre a sus 21 años cuando todavía era princesa. En ese momento, ella prometió dedicar su vida al servicio del pueblo. El nuevo rey reafirmó seguir con ese juramento que su madre había cumplido toda su vida.
gratitud profunda a su madre, por el amor que le dio a él y a toda su familia durante su vida. Dijo que fue un amor que también fue extendido a la población. Según Carlos III, la reina "veía lo mejor en cada persona" y por eso era tan querida.