"Quien mata por "placer", no es necesario que obre del modo como da idea la palabra impulso; puede actuar lenta y premeditadamente. Sólo es necesario que la acción sea inspirada por un placer antinatural en la destrucción de una vida humana como lo fue con la de Lucas y trató de serlo con sus amigos. No es indispensable que el placer sea el único factor que concurra para impulsar la acción", explicó Gómez Barbella en cuanto a este agravante en su resolución de 21 páginas a la que tuvo acceso Télam.