En su misiva, el Papa invitó a “reformar la «arquitectura» internacional de la deuda”, como respuesta común “a la pandemia”, pues “la renegociación de la carga de deuda de los Países más necesitados es un gesto que ayudará a los pueblos a desarrollarse, a tener acceso a las vacunas, a la salud, a la educación y al empleo”.
Tal gesto – destacó Francisco- debe ir acompañado por la puesta en práctica de sólidas políticas económicas y por una buena administración que llegue a los más pobres.